Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con fuego interior. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un lienzo https://flynnxrbj650649.ampedpages.com/el-cabezazo-de-zidane-en-cámara-lenta-65451055