Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con deslumbrante maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas https://nelljwer613450.blogzag.com/81886165/el-cabezazo-de-zidane-análisis-psicológico